La electroestimulación está de moda.
Actualmente son muchas las celebrities que lo
practican.
Se usa tanto en el ámbito deportivo, como en el
ámbito estético.
Se realiza mediante aparatología, mediante
impulsos eléctricos, pequeños electrodos que se ponen de forma superficial
sobre la piel, provocan contracciones musculares.
En estética se usa la electroestimulación como tratamiento adelgazante,
aunque si la aplicación de esta técnica no se acompaña de ejercicio físico, los
resultados pueden ser discutibles. Es una forma de hacer lo que se conoce como
“ejercicio pasivo” y permite aumentar el tono muscular y mejorar la flacidez de
los músculos aumentando su volumen, fuerza y resistencia.
Pero cuando se habla de electroestimulación conviene tener algunos
conceptos muy claros. Esta técnica solo permite trabajar con un grupo muscular
a la vez y para perder calorías hay que realizar ejercicios que movilicen
muchos grupos de músculos. Lo que sí es un hecho es que la electroestimulación hace trabajar muchas más fibras
de un mismo músculo que el ejercicio normal, pero no actúa sobre tendones y
articulaciones, por lo que es necesario conjugar ambos recursos. Así, por cada
kilo de grasa que se pierde se forma un kilo de músculo, y como la grasa pesa
menos se produce una reducción de volumen. Si a ello se suma el seguimiento de
una dieta, los efectos serán mucho más apreciables.
Por otra parte, la
utilización de la electroestimulación tiene sus contraindicaciones:
personas con marcapasos, con epilepsia o su aplicación sobre la zona abdominal
en mujeres embarazadas. Es importante tener en cuenta que se pueden dañar o
atrofiar fibras si no se usa correctamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario