1. Gallos y palometa. Si no se fríen ni se empanan, los gallos tienen un contenido en grasa mínimo (menos de dos gramos por cada 100). La palometa despunta por su contenido en proteínas, por encima de la media de otros pescados.
2. Calabaza y acelgas. Todas las variedades de calabaza inhiben el desarrollo del cáncer. Las acelgas hay que limpiarlas, vale, pero su sabor y abundancia de folatos, que intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, lo merecen.
3. Manzana y sandía. La primera es rica en vitaminas y su alto contenido en cisteína limpia el hígado. Las sandías deben su color rojo al licopeno (un caroteno), que previene el cáncer. Ambas reducen los niveles de colesterol en sangre.
4. Pimientos y moras. Aunque Ferran Adriá no los soporte, los pimientos rojos son ricos en licopenos, y favorecen la absorción del hierro. Las moras, cargadas de antioxidantes, son una maravillosa delicia en plenitud.
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